El silencio de Lorna: inmigrantes en Europa Por Horacio Otheguy Riveira

 

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 … una obra magistral que te deja pensando muchos días, y cuando la empiezas a olvidar regresa a ti con la mano tendida y un escalofrío.

 

ec8a54f727f34b10bb0f34d28f43bbf7Jean-Pierre y Luc Dardenne son hermanos belgas que escriben y dirigen documentales y películas de ficción desde 1998. En total sus producciones no llegan a diez títulos. Películas extrañas que no se parecen a ninguna otra y ganan premios en Festivales importantes. Por todo eso he tardado en acercarme a ellos. He visto muchas películas aburridísimas muy aplaudidas por la llamada Intelligentsia del cine, especie de cerebrines que huyen despavoridos si una obra del séptimo arte es disfrutada por millones de espectadores. Detestan el éxito masivo y adoran el “rarismo” y el retorcimiento hasta límites demenciales.

Es un prejuicio seudointelectual que hace constante daño al placer de la cultura en todas sus expresiones. Existe un subcine bastante desarrollado en el que se cuelan producciones de muy difícil digestión que considero borradores antes que trabajos acabados. También es verdad que al prejuicio de estos festivales he unido mi propio prejuicio, y entre unos y otros tejemos la tontería universal.

001-el-nino-de-la-bicicleta-espanaLo más importante: después de muchas vueltas debuté con los increíbles y fabulosos hermanos Dardenne con su penúltima película, El silencio de Lorna, y quedé tan entusiasmado que de inmediato me hice con Rosetta, El niño, El hijo, El niño de la bicicleta (foto), La chica desconocida… cada una de ellas retrato concienzudo, preciso y precioso, artesanal, conmovedor más por lo que sugiere que por lo que expresa directamente, con enorme talento para ser testimonio implacable de un estado social calamitoso en la Europa rica y satisfecha de sí misma, al tiempo que consolida obras de arte protagonizadas por actores desconocidos de excepcional calidad, aunque últimamente haya contado con las maravillosas francesas Cecile de France y Marion Cotillard.

Los Dardenne empezaron a procesar sus espacios con personajes marginales mucho antes de la gran crisis que aún padecemos, seguros de que ésta había empezado a finales de los 70, “cuando mucha población se vio relegada al olvido, barrida de las fuerzas de producción a causa del avance tecnológico, del cierre de fábricas, de la pobreza que invadió amplios sectores, poblaciones enteras”.

Sus historias se ven a menudo más o menos descritas en las páginas de los periódicos o de algunas novelas. El cine las muestra poco y nada en manos de unos poco directores con la llamada vocación de denuncia social, por lo general términos despreciados por los estudiosos del cine más allá del neorrealismo italiano de posguerra.

Sin embargo, en cualquiera de sus películas el tratamiento es tan singular que convierte sus tramas en dramas insólitos. Las criaturas de los Dardenne no son fáciles de digerir: jóvenes que padecen situaciones límites y que actúan a menudo con primitivas reacciones, entre el robo, el desarraigo, el egocentrismo infantil de quien ansía todo lo posible aquí y ahora, y al mismo tiempo siempre infinitamente humanos, tan sensibles como fríos, tan necesitados de sobrevivir como sea, generalmente como gato panza arriba. Se les ama del mismo modo que se les sufre como víctimas y eventuales verdugos.

 Historias ocultas

El silencio de Lorna es una obra magistral que te deja pensando muchos días, y cuando la empiezas a olvidar regresa a ti con la mano tendida y un escalofrío.

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En una gran ciudad europea: “protección” y destrucción del ser humano por ser emigrante. Las ciudades están empobrecidas y tristes. Son las arterias por donde deambulan a escondidas estos personajes cuyas vidas se van descubriendo poco a poco, interpretando sus conductas antes que sus palabras, pero cuando sus palabras llegan se deslizan con poética síntesis, con términos que revelan el corazón sangrante de muchas historias ocultas.

Los Dardenne confían en la inteligencia de su público, y en el boca a oreja de sus recomendaciones, y sus películas tienen cada vez más espectadores, dentro de la modestia de su quórum y la disciplina estricta con que fueron realizadas.

El silencio de Lorna lo dice todo porque su tensión va acompañada de una actitud de honestidad inclaudicable por duro que resulte lo que le toca vivir.

Empieza la historia con una chica extranjera que se casa con un nativo para adquirir la nacionalidad, y luego se divorcia para volverse a casar con otros emigrantes que necesitan nacionalizarse. Entre medias hay mafia, asesinatos, desplazamientos desgarradores, pero narrado el conjunto de tal modo que la frialdad de su técnica lo torna más emotivo, con secuencias de formidables matices poéticos.

_635991692823797034w_b4c187e8Lorna calla, Lorna es sumisa, Lorna teme, Lorna actúa, Lorna se defiende, Lorna asume, Lorna inventa. La realidad es inflexible. Su capacidad de lucha también. Detrás: dos hermanos realizadores que cuando van a la tele a hacer una entrevista parece que les acaban de encontrar regando un pequeño jardín en un barrio empobrecido con gente abandonada a su suerte. Los Dardenne riegan un pequeño jardín donde además de flores crece la indignación y la esperanza.

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